Las diferencias más notorias son el menor tamaño del terreno de juego y las porterías, el número de jugadores por equipo (7 en lugar de 11), la inexistencia del fuera de juego y la libertad para efectuar un saque de banda de la forma que el jugador lo desee. En los octavos de final, se enfrentó a su rival regional México, en una nueva versión del denominado clásico de la Concacaf, encuentro que terminó con victoria estadounidense por 2 a 0, con anotaciones de McBride en el minuto 8 y Donovan en el minuto 65. En los cuartos de final, jugó con Alemania y terminando la participación estadounidense en el mundial.