«En este país ya no queda incorrupto ni el brazo de Santa Teresa», pronunció durante un mitin en Gijón. Pero eso no quiere decir que en este mes no haya productos a los que merece la pena echar el guante. La cuestión está ya no en el criterio económico (aunque esa es otro melón que abrir), sino en el de la educación financiera y el tiempo con respecto al consumo.