El artista gallego animó a los valientes que se meten a este rinconcito (que ya se alarga por toda la calle Isilla) a gritar «plaza del Trigo» en vez de «escenario principal». El bullicio, el jolgorio y la alegría se mezclaron de nuevo en la mítica y consagrada plaza del Trigo. Los mejores temazos se dejaron oír por cada esquina y calleja del casco antiguo al otro lado del puente de Aranda.